El cazador de sueños acechaba. Apuntó su arma y disparó: el sueño cayó fulminado. El cazador lo ató y se preguntó cuánto pagarían por el sueño. Se lo puso a cuestas y salió de la mente de Alicia. Ella dejaría de soñar con el País de las Maravillas para siempre.
FIN
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