Nasrudín y su hijo estaban pescando cuando un torbellino apareció en el horizonte.
—¡Quiera Dios —imploro el mulá— salvar nuestra frágil barca y yo recompensaré a un hombre necesitado con un camello del tamaño de una casa!
—Padre, ¿cómo encontrarás un camello tan grande?
—Me preocuparé de eso una vez estemos en tierra firme.
FIN
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