Un día le preguntaron a Diógenes dónde quería que lo enterrasen al morir.
-Quiero que me dejen tirado en el campo -respondió.
-¡Cómo! –intervino alguien presente-. ¿Quieres que te devoren los pájaros y los animales salvajes?
-Que me dejen con mi bastón, así podré ahuyentarlos.
-¡Ahuyentarlos! -exclamó otra persona-. Si estás muerto, no sentirás nada.
-Entonces –dijo Diógenes-, qué importa que los pájaros me devoren.
FIN
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